El sistema fiscal mexicano es un entramado complejo y en constante evolución. Los contribuyentes y las empresas deben estar al tanto de las regulaciones y disposiciones vigentes para cumplir con sus obligaciones fiscales de manera adecuada. Uno de los elementos clave en este contexto es la actualización de pérdidas fiscales, un tema de gran relevancia para aquellas entidades que han experimentado resultados negativos en ejercicios anteriores.
La ley y la perdida fiscal
En México, la Ley de Impuesto sobre la Renta (ISR) establece en su artículo 57 un mecanismo para la actualización de las pérdidas fiscales acumuladas.
Este artículo permite a las empresas ajustar el monto de sus pérdidas pasadas con base en la inflación acumulada, lo que les brinda la oportunidad de utilizarlas de manera más efectiva para reducir su carga tributaria en ejercicios fiscales posteriores.
Sin embargo, a lo largo de los años, este artículo ha sido objeto de modificaciones y actualizaciones, con el objetivo de adaptarse a los cambios en la economía y en el panorama fiscal del país.
Estas actualizaciones han buscado, en gran medida, mejorar la eficiencia del sistema tributario y fomentar la inversión y el crecimiento empresarial.
¿Qué son las pérdidas fiscales?
El artículo 57 de la Ley de Impuesto sobre la Renta en México establece el concepto de pérdida fiscal como la disminución en el patrimonio de una persona física o moral durante un ejercicio fiscal determinado, siempre y cuando sea resultado de deducciones autorizadas por la ley o de pérdidas fiscales pendientes de ejercicios anteriores.
La pérdida fiscal es un mecanismo que busca brindar equidad y justicia tributaria al reconocer los momentos en los que una actividad económica no resulta rentable, permitiendo así que el contribuyente recupere parte de los impuestos pagados en periodos anteriores.
Pérdidas fiscales en personas físicas
Las pérdidas fiscales en las personas morales o físicas se refieren a las situaciones en las que los gastos y deducciones superan a los ingresos obtenidos durante un período fiscal determinado.
Estas pérdidas pueden surgir de diversas fuentes, como actividades empresariales, inversiones o arrendamientos.
Cuando una persona física experimenta pérdidas fiscales, tiene la oportunidad de utilizarlas para reducir su carga tributaria en el futuro.
Esto se logra mediante la aplicación de las pérdidas fiscales contra los ingresos obtenidos en períodos posteriores, lo que resulta en una disminución del monto de impuestos a pagar.
Como se obtiene la pérdida fiscal
Si la renta anual acumulada y la deducción permitida por la ley es superior a la renta, la diferencia se hace de la deducción fiscal. De acuerdo con el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los resultados obtenidos se ampliarán, en lo que corresponda, por la participación de los trabajadores en las utilidades que pague la empresa.
Las pérdidas sufridas en un ejercicio pueden deducirse de los beneficios económicos de los diez ejercicios siguientes hasta su término.
Si un contribuyente no reduce sus pérdidas fiscales de años anteriores dentro de un año y puede hacerlo conforme a esta sección, pierde el derecho a hacerlo en años posteriores en la medida en que pueda hacerlo.
Actualización de los montos
El monto de las pérdidas fiscales en el ejercicio fiscal se actualizará al último mes del año multiplicando el factor de actualización correspondiente al periodo del primer mes en adelante en la segunda mitad del ejercicio fiscal en que se produjeron las pérdidas.
La ganancia a gravar de la base imponible negativa actualizada en el año anterior se multiplica por el coeficiente de actualización correspondiente al período comprendido entre el mes de la última actualización y el último mes del mes a actualizar. En la primera mitad del año, se utilizarán sus ejercicios fiscales.
Como se indica en el párrafo anterior, si el número de meses del ejercicio en el que se produjeron las pérdidas es un número impar, el mes posterior a la primera mitad del ejercicio correspondiente debe considerarse como el primer mes de la segunda mitad del ejercicio en que ocurrió la pérdida fiscal.
¿Qué pasa en una división de sociedad?
El derecho a reducir las pérdidas fiscales corresponde al contribuyente individual que sufrió pérdidas y no puede ser transferido a otra persona o por fusión. En caso de división de una sociedad, el déficit fiscal de la utilidad deberá dividirse entre la sociedad separada y la que se especialice en la misma actividad empresarial, debiendo documentarse la misma autoridad durante la fiscalización.
La distribución y la actualización de pérdidas fiscales propias en la sociedad se distribuyen en proporción a la suma del total de existencias y créditos relacionados con la actividad económica de la sociedad escindida.
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